¡Hola amig@s jueve@s!
Para esta convocatoria juevera en la que tenemos el papel de anfitriones, y como tema "LA SILLA NARRADORA", aqui os presentamos otra aportación al reto.
A continuación os compartimos este relato de nuestra compañera LOLA:
Imagen: Pixabay
"SOY FELIZ"
Nunca imaginé como sería mi vida. Es aburrida, si, muy aburrida, pero cansada. No me dejan estar quieta. Cada vez que viene un humano me estiran, me plantan un culo encima y allí se queda un buen rato. Cuando es la señora que vive en casa, mira… estoy acostumbrada a su peso y no está demasiado rato. Ella se me sienta y al poco rato se levanta. Es muy inquieta. Pero siempre es así, se sienta, se levanta, me empuja bajo la mesa. Me estira, se vuelve a sentar, se vuelve a levantar y me vuelven a empujar.
Cuando viene otra gente es peor. Dependiendo de quien viene a casa se me sienta, y no me quieta el culo de encima hasta que no se marcha. Y según el volumen de esta persona, me canso tanto… -creo que lo llaman peso-, pues eso, si pesa mucho me deja agotada. Pero como os decía, normalmente me aburro mucho.
La señora con la que comparto piso no suele estar mucho en casa y entonces yo me paso un montón de horas sola, sin que nadie me haga el más mínimo caso. La verdad es que prefiero que haya alguien, aunque me arrastren o se me pongan encima. Me sabe mal por mi compañera, ella, aunque esté la señora, está aquí, estática, solo se mueve cuando le pasa por debajo una especie de palo con un cepillo (creo que lo llama escoba) y de vez en cuando, si viene alguien a casa que no son demasiadas veces, se le sienta alguien encima.
Es muy aburrida la vida de las sillas, pero es mucho peor la de la mesa. Cuando la miro agradezco al universo que me haya concebido como silla.
Lola Beltran
Si quieres disfrutar de las poesías de nuestras compañeras de "EL VICI SOLITARI" puedes encontrarlas AQUI, en nuestro REFUGI POÈTIC.
Impresionante toda las vivencias de una silla.
ResponEliminaComo todo tienen su corazoncito y hasta saben distinguir quien las ocupan , ya no por el peso, que también, sino por el tiempo que las usan.
Muy bien hecho.
Un saludo.
Aburrida y cansada, así es la vida de una silla. Pero piensa que sería peor ser mesa. Pues no sé. Habría que preguntárselo a la mesa.
ResponEliminaBesos
Más vale culo gordo conocido que culo flaco por conocer.
ResponEliminaUn culo inquieto siempre está mejor, porque duraznos, pero parece que a esta silla le va la marcha.
Abrazooo
Bueno, pero tod en su justa medida. Tampoco nos vamos a estar pelwando por los culos gordos, que además traen otrs gordura aparejadas, que harían temblar la patas al más pintado
ResponEliminaAbrszo de vuelta
Contado así, podría pensarse que tienen la mayor suerte las sillas que están en la casa de modelos, esbeltas, altas y livianas.
ResponEliminaUn abrazo.
Ya te digo. Además esas traen a casa cuyos, o sea personas, del mismo porte. Cuerpos livianos u cuyos duros. Bueno la verdad es que las muy flacas. Aunque pesen poco, me clavan el coxis o , bueno, los huesos de apoyo.
EliminaAbrazooo
Las sillas , tan maltratadas en su existencia pueden contar historias que no alcanzaríamos a imaginar.
ResponEliminaBueno, ya lo explico. Básicamente aburrido. Porque las historias que sé, mi compi también las sabe, porque las ha oído conmigo.
EliminaOtra cosa sería qie me saliera un brazo y me dieran lápiz y papel.
Abrszooo
La felicidad es relativa, según con quien se compare, la vida puede ser mejor o peor según sea la suerte que le ha tocado en el reparto de roles, incluso, en el mundo de los muebles que nos describes, Lola. Muy buen aporte para este jueves de sillas narradores jeje
ResponEliminaBueno todo tiene sus pros y sus contras, ser silla puede ser aburrido, pero como dice, una mesa tal vez lo sea más, o un armario, sea cual sea, todas son testigos de lo que sucede alrededor.
ResponEliminaUna aportación interesante, Lola.
Un abrazo.
Estoy de acuerdo, la vida de la mesa es más aburrida, jeje. Las sillas son oyentes silenciosas de toda clase de traseros... Un abrazo
ResponElimina