Esta semana nuestra amiga MONICA, desde su blog NEOGEMINIS nos hace la siguiente propuesta juevera un tanto improvisada: escribir lo que surja.
Así que con tema libre en esta ocasión y como siempre con libertad de estilo, si es posible preparar un relato con un límite de 350 palabras.
AQUÍ podréis encontrar el resto de relatos participantes.
"CIRCUNFERENCIAS"
Solía quedar con mis compañeros en el bar de la esquina después del trabajo. Allí había una diana con la que muchos parroquianos se entretenían compitiendo para ejercitar la puntería. Yo solo miraba, ya que la única vez que se me ocurrió lanzar un dardo, de poco no le saco un ojo al dueño, que en aquel momento nos venía a servir a la mesa. Así que me pidió que, por favor, no lo volviese a intentar.
Como no me dejaban participar, me quedaba allí, en un rincón, y para no aburrirme, me dedicaba a dibujar redondeles en una servilleta de papel. Solo eran circunferencias trazadas al azar, pero me di cuenta que si las juntaba, podían representar personas tal como las retratan los niños: La cabeza es redonda, el cuerpo es otro redondel, las manos y los pies también son redondos, unas rayas sencillas hacen de brazos y piernas y para representar los ojos, dos pequeños círculos dentro de la cabeza. No hacía falta dibujar nariz ni boca para definir una cara, los ojos son mucho más importantes.
En la naturaleza, las formas curvas son las que predominan: las estrellas, los planetas y los satélites son redondos y se mueven entre sí en formas elípticas. De la misma manera que cuando caminamos sobre la Tierra, por mucho que pensemos que lo hacemos en línea recta, en realidad circulamos sobre la curvatura de nuestro planeta y habríamos completado una circunferencia una ver que volviésemos al punto de partida.
Entonces mis pensamientos me transportaron hasta aquellas clases de geometría que odiaba tanto: «Tenemos una circunferencia cuyo radio mide 25 centímetros ¿Cuánto medirá el perímetro de dicha circunferencia?» La respuesta era multiplicar 25 por 2 y por “pi”, y la solución: 157,08 centímetros. Pero la solución no puede ser exacta, ya que el número “pi”, que es el resultado de dividir el perímetro de una circunferencia por su radio, sale una cantidad infinita, que aun siendo la misma, eso que se llama: una constante matemática, no se ha llegado nunca al final del resultado de la división: 3,1415926535... Dicen que ya llevan unos cuantos billones de cifras y continuarán encontrando más, porqué “pi” es infinito.
Eso me hace pensar que, si empiezo a caminar sobre la Tierra, supuestamente en línea recta, nunca sabré cuando llego al punto de partida, quizá no llegaría nunca... Es un misterio que me acompañará toda la vida.
¡Y todo este rollo, es porque no me han dejado lanzar un puto dardo, a una puta diana!
Maria Cristina García Carrera
En el blog EL VICI SOLITARI estamos de ANIVERSARIO,
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Muy bueno, al final las circunferencias y esferas son las formas que se dan mucho en la naturaleza. Menos mal que al final te dejaron tirar el dado :-)
ResponEliminaUn abrazo grande, amiga
No sea que deje tuerto a alguien. Besos Paz y feliz verano.
ResponEliminaM. Cristina
Me encantan las matemáticas, y por supuesto me ha encantado vuestro relato ;)
ResponEliminaLo de los infinitos es una cosa maravillosa. Siempre recordaré ese problema de: Hay un caballo que salta de un punto a otro siempre recorriendo la mitad de lo que le queda. ¿Cuándo llegará al segundo punto? Matemáticamente es nunca, en la realidad depende de la distancia y el tamaño del caballo jajaja
Un besazo
A mí, de muy pequeña, no me gustaban nada las matemáticas, hasta que me tocó aprender álgebra, entonces aprendí lo interesante de descubrir las incógnitas y la importancia de los cálculos.
EliminaNo podrías dar la vuelta al mundo caminando en línea recta. No sé pueden evitar los océanos. En cambio, con suficiente fuerza, podrías lanzar un dardo y volvería a tu mano si conservaras la postura en que se lanzó.
ResponEliminaBesooo ,Cris
En teoría, caminando por tierra, nadando por los océanos y escalando montañas; se podría. Lo de la suficiente fuerza, habría que calcular cuanta se necesita para que el dardo recorra 40.000 kilómetros sin caerse.
EliminaBesos, M. Cristina
Jajajaja, que bueno. Pues sí que su mente se elevó con el dardo, la dichosa circunferencia que tantos quebraderos de cabeza nos dio en la escuela. Me encantó. Sinceramente aplaudo el texto. Un fuerte abrazo
ResponEliminaEs lo que pasa cuando no nos dejan hacer nada (podría servir para el reto de la semana pasada), que nuestra mente se mueve más alto y más lejos.
EliminaBesos, M. Cristina
Jajaja Me ha hecho reír todo lo que pasó por su mente porque no le dejaron jugar a los dardos, es genial! Besos por ahí!!!
ResponEliminaEl aburrimiento le hizo repasar las matemáticas que aprendió de pequeño, podía haber sido cualquier cosa, pero le dio por ahí.
EliminaGracias, M. Cristina
Suela caminarse en espiral y el final nunca vuenve a ser el mismo.
ResponEliminaPuede ser una explicación. Otra, que mientras caminas todo va cambiando, hasta tu mismo, no eres el mismo que empezó a caminar. Un abrazo,
EliminaM. Cristina
¡Que bueno! :D Me ha gustado mucho. Esas elucubraciones que nos hacemos en la cabez a partir de algo banal como en tu caso ¡no tener puntería! :D :D Enhorabuena :D
ResponEliminaAlmaLeonor_LP
Quien no tiene una cosa, tiene otra. Por suerte todos podemos encontrar algo interesante,
EliminaGracias, M. Cristina
el infinito numerico es tan misterioso que crea unas paradojas dificiles de resolver
ResponEliminaTotalmente irresolubles. El infinito, si se puede comparar con algo, es como un final abierto en un relato.
EliminaM. Cristina
Muy bueno, María Cristina, realmente original está reflexión surgida de la manía de hacer círculos a la hora de representar y comprenderlo todo jejeje. Un abrazo y muchas gracias por sumarte
ResponEliminaEso es lo que va surgiendo, unas ideas llevan a otras.
EliminaGracias por leer y comentar.
M. Cristina
Un poco más de tiempo pensando en el número pi y es capaz de encontrar la infinitud. Una forma provechosa de aprovechar el tiempo mejor que lanzando dardos que son un peligro en sí mismos.
ResponEliminaSaludos
Que remedio le queda si no le dejan lanzar dardos. Pero así están todos más seguros y él etretenido.
EliminaUn abrazo, M. Cristina
La mente tiene que entretenerse a
ResponEliminaEn algo, mientras los demás lanzan dardos.
La mente no para.
EliminaGracias. M. Cristina
Preguntas que tal vez no tenga respuestas, por lo menos para el personaje.
ResponEliminaQue dardos tan peligrosos que tenían en ese lugar.
Un abrazo.
En realidad el peligro está en quien lanza los dardos, ellos solos no hacen nada. Así que según quien, mejor que se dedique a filosofar.
EliminaGracias, M. Cristina
Muy buena historia, me encantó ese análisis al que lo llevó ese juego de dardos, cuánto se puede pensar y analizar cuando uno está aburrido, saludos.
ResponEliminaPATRICIA F.
En uno está el no aburrirse, tomas un lapiz, dibujas los primero que se te ocurre y lo que surja...
EliminaM. Cristina
Cristina, nos has dejado una escena en clase de astronomía. Me ha encantado mucho el tema. Fue rápido los circulos en el universo que es sabio. Pero los humanos tardamos miles de años en inventar la rueda. Fina
ResponEliminaPues sí, es curioso que tardásemos tanto tiempo en inventar la rueda, habiendo tantas cosas redondas a nuestro alrededor. Besos Fina,
ResponEliminaM. Cristina
Aunque no te hayan dejado participar lanzando dardos, no tiene importancia, porque tú aprovechaste el tiempo dibujando en la servilleta de papel, y fíjate lo que llegaste a hacer, es increíble, la de cosas en las que nos podemos entretener.
ResponEliminaMe gustó tu relato, te pido perdón por llegar tarde pero la semana pasada es que no estuve por aquí así que ando comentando los relatos esta semana.
Un beso enorme.