Soy la artista de Hollywood mundialmente conocida como “La Diva”. A escasos días de celebrarse la próxima entrega de los premios “Oscar”, estoy ansiosa y emocionada, ya que de nuevo he sido nominada. Aunque hace años que estoy en esta industria y mi trabajo siempre ha sido aclamado por el público y muy bien valorado por la crítica, este gran premio de premios, que tanto deseo y merezco, se me resiste. Pero este año será mi año, lo presiento.
He trabajado con los mejores directores; he sido la protagonista de películas que han pasado a ser ya clásicos del cine; me han otorgado galardones en los festivales de cine más prestigiosos del mundo; diseñadores de los cinco continentes matarían para que yo vistiera sus creaciones en fiestas y alfombras rojas de los eventos más importantes, con mi elegancia sobradamente reconocida.
Como cualquier artista que se precie, soy envidiada por millones de mujeres de todo el mundo, por mi figura excepcional, mi cutis perfecto por el que parece no pasar el tiempo, y mi buen gusto para la moda, mi look cambiante y con un marcado estilo propio, siempre consigue sorprender a todos. Por no hablar de mis maridos, que en su momento han sido considerados, cada uno de ellos, los hombres más sexys del planeta.
Desde pequeña he ensayado en el espejo del lavabo y con el bote de champú en la mano, ese momento en el que me entregan el Oscar y tras una larga ovación, me dirijo al gran público que expectante escucha mi emotivo y especial discurso.
Imagino que eso mismo lo han hecho muchas niñas y no tan niñas, en alguna ocasión. Pero en mi caso debo decir que desde muy pequeña tenía la gran convicción de que estaba destinada a convertirme en alguien importante, y sin ninguna duda puedo afirmar que lo he conseguido.
Este año soy la clara favorita, por lo que no puedo esperar más a que llegue el momento de que se abra el sobre y tras nombrar a las cinco candidatas, escuchar mi nombre como la ganadora indiscutible. Levantarme con cara de fingida sorpresa y sobrada emoción, y con un saludo digno de una princesa hacia la plebe, dirigirme a lo alto del escenario, con paso elegante y seguro, donde un ilustre colega me entregará por fin mi ansiado y tan merecido premio.
Será en ese preciso instante cuando me luciré frente a todos: el público en sus casas emocionado y el resto de colegas de profesión sentados en el patio de butacas del teatro, incluidas mis contrincantes que harán un gran esfuerzo por disimular su decepción y disgusto, para asentir mientras me aplauden ratificándome como la gran triunfadora de la noche.
Y tras pronunciar magistralmente mi preparado y estudiado discurso, aunque una gran actriz como yo hará parecer casual, improvisado y sincero, me meteré de nuevo en el bolsillo, aunque esta vez de forma definitiva a crítica, público e industria en una sola noche. ¿Qué más puedo pedir? Sin duda será mi gran momento y la actuación de mi vida. Una noche inolvidable.
Días más tarde, en un titular de la prensa se pudo leer la siguiente noticia:
“SOBERBIA CAIDA”
El pasado sábado, en la Ceremonia de entrega de los premios Oscar, en el famoso Kodak Theatre de Los Ángeles, la protagonista indiscutible de la noche fue la actriz Irene Hewitson, gran favorita del certamen, nominada por tercera vez como Mejor Actriz por la película “Soberbia”.
Además de ser la ganadora de tan deseado y merecido premio, “La Diva” nos regaló el momento más sorprendente y divertido de la velada. Al oír su nombre como la ganadora de la deseada estatuilla, no pudo disimular su emoción y se levantó velozmente de su asiento sin vigilar quien se encontraba a su paso. Mientras se dirigía rápidamente por el pasillo central del patio de butacas, se pisó su largo vestido, rasgándose este en parte y mostrando generosamente la parte superior de su muslo, y deslizándose ligeramente hacia abajo su escote dejando parcialmente al aire uno de sus senos.
Justo en ese momento, sus altos tacones le jugaron también una mala pasada. Al subir las escaleras hacia el escenario, se tropezó cayendo hacia delante y sin dejar de sujetar su largo vestido con ambas manos, intentando cubrir su desnudez, no pudo evitar aterrizar con su cara en el suelo. Al levantarse se comprobó que había perdido un par de dientes, y al soltar alguna lágrima quizá de dolor o de la misma emoción de la noche, su maquillaje a toda prueba, no estuvo a la altura del momento.
Con
un vocabulario de lo más soez y barriobajero, insultó a varios asistentes incluyendo
al presentador de la gala, cuando acudieron enseguida a ayudarla, sin ella
percatarse que el micrófono seguía abierto. Patinazo colosal que ha visto caer
a un gran mito de Hollywood, no solo por las escaleras, sino también su
popularidad entre su público y el respeto entre sus compañeros. Sin duda una
noche que pasará a la historia, y que quedará en el recuerdo de millones de
telespectadores de todo el mundo.
Muchas felicidades, ir cumpliendo etapas es una satisfacción. Un abrazo
ResponEliminaMuchas gracias Ester! Es verdad que da emoción y ganas de seguir adelante con nuevos proyectos y compartirlos con vosotros! Un abrazote!
EliminaMuchísimas felicidades por este año de relatos e historias que habéis compartido con todos nosotros. Que sean muchísimos más.
ResponEliminaUna buena puesta en escena, sin duda, gran momentazo ajja.
Vendré mientras este avistaros una nueva historia. Besos y abrazos.
Muchas gracias Campirela! Y nosotros encantados de seguir participando cada semana en los retos jueveros con vosotros!
EliminaMe alegro que te haya gustado la historia de nuestra diva! Je, je! Si quieres saber más sobre sus desventuras, cada fin de semana tendrás una nueva historia en nuestro blog! Un abrazote!
Qué bueno un año, hoy es vuestro cumple blog, me alegra haber llegado a tiempo para felicitaros.
ResponEliminaMuchas felicidades, y por aquí seguiremos disfrutando de vuestras entradas.
Besos.
Muchas gracias Maria!
EliminaEsperamos compartir muchas más historias con todos vosotros durante mucho tiempo! Un besote!
Feliz cumpleaños para ustedes, buena historia la del premio y espero leer la continuación de la historia.
ResponEliminaFelicidades y abrazo a todos.
PATRICIA F.
Muchas gracias por tus felicitaciones Patricia!
EliminaEste mismo fin de semana tendreis la siguiente entrega de las desventuras de nuestra diva! Esperamos que os gusten! Un abrazote!
¡Muchas felicidades, El Vici Solitari! Estupendo relato, Marifelita. Escrito en primera persona nos metemos en la mente de esta actriz mayúscula para luego reírnos con su mayúscula caída, ja, ja, ja... No he podido evitar ponerle la cara de Bette Davis. Siempre se la pongo a este tipo de personajes desde que vi Baby Jane. Un fuerte abrazo!!
ResponEliminaMuchas gracias David!
EliminaSupongo que contra más ego y soberbia acumula el personaje, más mayúscula es la caída, para ella misma y para los demás! Bette Davis fue una diva indiscutible, como Joan Crawford, aunque me costaría imaginármelas en situaciones ridículas como esta.
Si quieres saber más sobre esta repelente aunque entrañable diva nuestra, durante el fin de semana publicaremos una nueva entrega de sus peripecias y desventuras. Un abrazote!
Parece que esto será una caída pero sin auge de una diva aco tecida. Sólo hay una cosa peor qie el fracaso: el ridículo. Del ridículo no se vuelve.
ResponEliminaY mira que aquí lo teni fácil. Salir dignamente... triunfante... pero el ansia lo echó a perder.
Veremos como se desenvuelve en el futuro. De aquí solo puede ir hacia arriba ¿ o no?
Besazooo amiga
Efectivamente, del fracaso se sale, del ridículo no porque perdura en la memoria, propia y ajena! Ja, ja!
EliminaVamos a ver que más anécdotas nos tiene preparadas nuestra diva Irene Hewitson, pero algo me dice que su vida ha estado llena de altibajos... ja ja! Un besote amigo!
Los diseñadores del vestido y de los zapatos se merecían realmente varios de sus...improperios.
ResponEliminaLas desventuras pueden ser divertidas para quienes no las protagonizan.
Un abrazo, Marifelita.