Esta semana MAG desde su blog LA TRASTIENDA DEL PECADO nos hace la siguiente propuesta juevera: reflexionar y escribir sobre el placer de no hacer nada.
¿Qué es no hacer nada? Nos vienen pensamientos en reposo o dejar la mente en blanco. No hacer nada no implica aburrimiento. ¿Hemos descubierto la esencia de la tranquilidad y del descanso? ¿Quién dice que no hacer nada no es un arte? Puede ser recargar pilas, bucear en nosotros mismos y redescubrirnos en esa aventura.
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"EL PLACER DE NO HACER NADA"
Imagen: Pixabay
¡A ver como lo podría explicar sin cansarme! Para mí, el no hacer nada, nada, es tan agotador como caminar por el desierto de la mente a cincuenta grados bajo el sol.
Hay que estar tan entrenado como el mejor atleta del mundo. Ejercitar la mente a base de tiempo para poderla dirigir a voluntad. Otra cosa es dejar de hacer lo cotidiano, frenar la carrera psicológica diaria y volearte al descanso corporal, buscar cosas que te reporten tranquilidad, ya sea leer, escribir, ir al cine, pasear por el campo contemplando las nubes, los pajaritos, inventarte comidas, pasteles, etc...
¡Madre mía, que cansancio, es como gobernar una nación!
En ese caso prefiero darle caña a las neuronas, que ya me quedan pocas en orden, y no dejarlas vaguear porque...¿ves? ¡Ya no me acuerdo de lo que quería decir! Vaguear lo justo.
María de la O
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Muy bueno, ese no hacer nada a veces es agotador. Un algo de actividad, física o mental van de fábula.
ResponEliminaUn abrazo enorme, amigas
Es que todo en esta vida cansa, hasta no hacer nada! Ja ja! Un besote Maria de la O, muchas gracias por participar en el reto juevero! Marifelita.
ResponEliminaEncantada con esa deserción. Yo también opino como tu, las neuronas, que no se nos pierda. Que podamos disfrutar en ese laberinto de palabras. Al final una interesante o disfrutada historia.
ResponEliminaLo siento conla metepata de la palabra deserción. Para nada era mi intención. Un mea culpa.
ResponEliminaSi ya me lo digo yo. Me deje la identidad entre ideas tontas en mi cabeza.
ResponEliminaFina
Interesante planteo. Un abrazo.
ResponEliminaRealmente así es, el no hacer nada agota. Original relato. Un abrazo
ResponEliminaEstoy de acuerdo contigo, a mí me parece dificil no hacer nada, ejercitar la mente, para quedarla en blanco, es realmente muy dificil, por eso, prefiero hacer cosas, como tú. Me resulta más fácil.
ResponEliminaMuy bien planteado el tema, me ha gustado.
Besos.
Muy bueno tu planteo, a veces el no hacer nada es tan agotador, como hacer de todo, saludos.
ResponEliminaPATRICIA F.
Es que no hacer nada, no es sencillo. No estamos acostumbrados en medio de este mundo de urgencias y obligaciones. Cuesta desenchufarse. Un abrazo María. Buen fin de semana
ResponEliminaTienes toda la razón, para no hacer nada hay que estar entrenado y a veces es más cansado que moverse de aquí para allá. Pero cambiar la rutina de vez en cuando, sí que es placentero, como hacer otras cosas diferentes. Besos,
ResponEliminaM. Cristina
Pues sí, hay que estar entrenado como si fueras a participar en las Olimpiadas de. No hacer nada.
ResponEliminaBesicos
Hola:
ResponEliminaSí, los que tenemos una mente muy activa, necesitamos tenerla pensando en cosas continuamente. Pararla, que es algo muy necesario, es complicado pero no imposible. 😎
Un abrazo.🤗
Es cierto eso que uno se cansa de no hacer nada porque, en realidad, casi es cuando más se hace. Lo has hecho breve y conciso y, al final, una sonrisa.
ResponEliminaNo hacer nada no es complicado, lo complicado es que la mente no haga nada. El cuerpo va por otro lado.
Un beso enorme y mil gracias por sumarte a la convocatoria.
No pases calor :-)
Jajaja No hacer nada físico pero si mental nos conecta y también nos cansa mucho por momentos, es un acto difícil de aplicar a veces pero que me encanta llevarlo a cabo por momentos... Besos por ahí!!!
ResponEliminaMuy bien expresado tu punto de vista sobre no hacer nada. Yo creo que se puede disfrutar haciendo cualquier cosa, del mismo modo que si no estuvieras haciendo nada.
ResponEliminaSaludos cordiales.