IRENE HEWITSON:
AVENTURAS Y DESVENTURAS DE UNA DIVA ACONTECIDA
CAPITULO 2
Imagen: Pixabay
"EL KARMA"
Recuerdo cuando conseguí mi primer éxito en la gran pantalla. Con los generosos honorarios que el estudio cinematográfico acordó en mi contrato, conseguí comprarme una lujosa mansión que anteriormente pertenecía a una famosa cantante internacional. Sin detallar nombres, puedo decir que falleció hace unos meses por excesos varios. ¡Los músicos y su mala vida, ya se sabe!
Al entrar en la casa, que dejaron lujosamente amueblada, coloqué mis ropas y bártulos en su nuevo sitio y empecé a escoger y deshacerme de las cosas que no me interesaba conservar. Descubrí en una cómoda de la habitación principal una pequeña caja de cartón. Sin pensarlo la tiré a la bolsa de basura, pero después mi curiosidad pudo más y la recogí encontrando en ella, para mi gran sorpresa, varias joyas: unos lujosos pendientes de brillantes, un anillo con un diamante, una pulsera de oro macizo y un reloj de una prestigiosa marca.
En aquel momento pensé que sería buena idea quedármelo, sus herederos millonarios no echarían en falta un puñado de joyas como esas.
Al día siguiente tenía la firma de un importante contrato y se me ocurrió hacer gala de mi buen gusto y exhibir mis “nuevas joyas recién adquiridas" y me puse la pulsera de oro a conjunto con la flamante sortija.
Salí del estudio toda pletórica pensando que habría firmado el contrato de mi vida, aunque con los años ya pude comprobar que fue uno de tantos fallos de cálculo que tuve en esta profesión, y todo por hacer caso del criterio de mi recién contratado agente.
Mientras esperaba un taxi, aun no sé cómo lo hice que la pulsera se deslizó suavemente por mi muñeca, resbalando y cayendo al suelo, con tan mala fortuna que se coló por la alcantarilla que tenía justo debajo de mis pies. Unos segundos más tarde llegaba el taxi que me oyó mascullar los últimos improperios que salieron de mi boca al respecto. Llegando a casa, cuando me disponía a salir del taxi la maneta de la puerta se quedó atascada en el anillo y al pegar un tirón con excesivo genio hice un mal gesto que, aunque en aquel momento no fue nada, horas más tarde acabé comprobando que se trataba de una fisura.
Había empezado sin duda la semana con muy mal pie. Pero a medida que avanzaba y todo iba tomando su lugar en mi recién estrenada mansión, mi humor fue cambiando y pensé que mi suerte también.
Unos días más tarde, en mi apretada agenda de compromisos tenía que asistir a una gala benéfica organizada por una ONG para recaudar fondos. Se esperaba allí a la flor y nata de Hollywood y yo no podía faltar, así que decidí ponerme mis mejores galas y estrenar los pendientes junto con el lujoso reloj que había “heredado” de la malograda cantante.
Aquella tarde ya empezó torcida ya que el caprichoso y carísimo reloj decidió no dar bien la hora, y yo fiándome de él y no de mi móvil, como hacía habitualmente, llegué tardísimo a la gala, aunque se entendió como una frivolidad o excentricidad más de una diva como yo.
Durante el catering mucha gente se me acercó a saludar y darme la enhorabuena por mi reciente éxito en taquilla y algunos incluso se hicieron algún selfie conmigo. Una chica joven se acercó decidida a mí, supuse que para pedirme un autógrafo también o felicitarme por mis éxitos cuando enseguida vi que clavó su vista en mis pendientes de brillantes.
De todas las fiestas y eventos que había aquel día en la ciudad, tuve la mala suerte de coincidir al que había asistido la generosa hija de la malograda cantante que ocupaba antes mi casa. Aun no sé cómo empezamos una sibilina y elegante discusión, intercambiando educadas y afiladas pullas sobre nuestros dudosos gustos en moda, joyas y complementos, para acabar enzarzadas en una pelea con empujones, estirones de pelo y revolcones por el suelo. Solo puedo decir que fue un espectáculo bochornoso, aunque lo mejor estaba por llegar horas más tarde en la prensa y redes, siempre prestas a capturar cualquier momento insignificante de las vidas ajenas.
Este tendría que haber sido el titular para una personalidad de mi talla:
“Generosidad sin límites de la actriz revelación del año”
La actriz del momento Irene Hewitson, ha adquirido hace unos días la mansión de la ya fallecida artista “Loraine Demodé”. Tras realizar la mudanza, la actriz encontró olvidado un pequeño joyero con pertenencias de la antigua propietaria. La joven promesa no se lo pensó ni un segundo y entregó a los herederos de la cantante su hallazgo. Ellos en agradecimiento decidieron entregarlo como donación conjuntamente con lrene Hewitson a una ONG internacional para ayudar a los niños más necesitados”.
En cambio, el titular que salió en la prensa internacional al día siguiente fue:
"Vergonzoso desencuentro de dos VIP’s en el Wellington Club"
El resto os lo podeis imaginar…
Marifelita
Si quieres saber más sobre las desventuras de esta diva tan acontecida, puedes seguir sus andanzas cada fin de semana AQUI.
Irene , la diva, ya donó la pulsera a la asociacion de ratas de alcantarilla.Bastante hizo la pobre, con hacerse cargo de las joyas, y verse obligada a lucirlas.
ResponEliminaLa tonta de la hija demodé también fue un poco tonta por sobrada. Vaya dos... Hubiera estado bien ver la pelea.
Parece que esta Irene es un fructuoso personaje.
Besazooo Amiga
Sin duda vaya par de elementas, la una y la otra! Vaya una escena bochornosa! Pero todo un espectáculo para el resto! Je, je! A Irene le pasan muchas cosas y está dispuesta a explicárnoslas este verano! Ja, ja! Un besote amigo!
EliminaQue hablen de una, aunque sea mal. La diva tiene la fama asegurada y el espectáculo está servido. Si lo del cine falla, le queda la opción de los diferentes programas de telebasura para seguir en el candelero.
ResponEliminaElla es un espectáculo andante. Efectivamente si le falta el trabajo en el cine siempre le quedan los programas de salseo! Ahí ella tiene todo un filón, como ya veremos! Para estar siempre en el "Candelabro" como dijo aquella! Ja, ja! Un besote Cris!!
EliminaEncantada, comprovar en estos pocos días de mis lectura por aquí. Casi ya un vicio. La fama a mi me aburre, uf,yo lo pasararia fatal con tanta movida, dar gusto a todos y perderme en fiestas, agotador en saludos. Examinandolo bien, lo más triste . No viven su propia vida. Atadas,susyugadas a la de los demás.
ResponEliminaEncantada de seguír leyendo.
Si, solo de leer sus peripecias parece agotador! No parece una vida para cualquiera, creo que no todos servimos para seguir ese ritmo trepidante! A ver como se le da a nuestra diva en próximas aventuras! Un abrazote!
EliminaA esta pobre de Irene Hewitson no le pueden pasar más cosas feas, puro contratiempos y encima terminar agarrada de los pelos con la hija de la cantante, es que realmente tiene un karma, pobre mujer.
ResponEliminaMuy buena historia, que ya de tantos contratiempos me arranca una sonrisa.
Saludos.
PATRICIA F.
Muchas gracias por leernos, Patricia! Es que es verdad que hay gente muy acontecida y otra que nunca les pasa nada! Je, je! Si quieres saber más de sus aventuras, el fin de semana hay otra entrega! Un besote!
EliminaEspero que la Diva le haya dado un merecido a esa tonta heredera de la cantante.
ResponEliminaIrene compró la propiedad con todo lo que había adentro, por lo que las joyas le pertenecían.
Tiene mucha gracia.. Un abrazo, Marifelita.