Recibes una carta escrita con una letra manuscrita preciosa. El texto es breve y claro: El escribiente anónimo te invita a cenar al restaurante X . (Es uno de los más caros de la ciudad y llevas mucho tiempo queriendo ir, pero no te lo puedes permitir).
No te dice si os conocéis o no. Pero que será la oportunidad de tu vida y que no te arrepentirás si acudes. Para identificaros, cada uno llevará un libro y una flor.
Tiene que ser un libro muy especial. Por su título o autor; por lo que significa para ti; por lo que supuso su lectura, porque es el que más veces has releído… Tú decides. La flor tiene que representarte.
Firma simplemente con una letra mayúscula. Ni siquiera sabes quién pagará ni las intenciones. ¿Acudirás a la cita?
AQUÍ podeis encontrar el resto de relatos participantes:
"UNA INVITACION INESPERADA"
En mi buzón apareció una carta manuscrita con una letra preciosa, una práctica algo pintoresca e inusual en estos tiempos. En un breve texto, el escribiente anónimo me invitaba a cenar en el mejor restaurante asiático de la ciudad. Hacía tiempo que me moría de ganas por ir, pero mi modesto sueldo no me lo permitía.
Su propuesta incluía asistir con un libro y una flor para poder identificarnos. Me garantizaba que sería la gran oportunidad de mi vida y que no me arrepentiría. Firmó simplemente con dos líneas onduladas horizontales, como dos S acostadas, que recordaban dos olas de mar.
Me quedé petrificada y sin pestañear por unos segundos pensando en tonterías como: ¿Quién pagaría la cuenta en este restaurante tan caro? Si fuera un desconocido ¿qué intenciones tendría? ¿Se trataría todo de una tomadura de pelo? ¿Me atrevería a acudir a semejante cita?
Y fue entonces cuando me dije a mí misma: ¡Haz algo atrevido en esta vida insípida, gris y predecible que te has montado! Así que mi mente se puso en marcha y empecé a pensar, mientras me dirigía a escoger entre las estanterías el libro perfecto para una ocasión tan especial.
Ya lo tengo: ”Soy un gato” de Natsume Soseki. Me enamoré de la historia cuando la leí y creo que desde entonces los gatos son como una obsesión para mí.
Ahora solo quedaba escoger una flor que me definiera y eso ya era un tema un tanto peliagudo para mí. Soy nula para estas cosas así que pensé en dejar esa decisión en manos de la florista del barrio, ella sabría aconsejarme.
Esa noche no pude dormir pensando en el inminente encuentro del día siguiente, así que nada más levantarme y darme una ducha fui de cabeza a la floristería para saber por fin que flor sería la más apropiada para tan inesperada e inusual cita.
Al explicarle brevemente la situación a la florista, no pudo contener una gran sonrisa mientras decía: “¡Que romántico e intrigante! ¡Esas cosas no me pasan nunca! ¡Mañana cuéntame todos los detalles!
Como buena enamorada de la cultura japonesa, cosa que parecía saber mi admirador secreto, me sugirió una flor delicada y acorde al estilo de la velada: la Sakura o flor del cerezo, un símbolo de belleza de corazón, éxito y felicidad.
Las horas no pasaban. Por un lado, estaba ansiosa por que llegara la hora del encuentro y por otro estaba totalmente histérica. No conseguí comer nada en todo el día, los nervios me cerraron el estómago. Pasé la tarde mirando ropa sin estar segura de qué ponerme. Hacía tanto tiempo que no tenía una cita.
Cuando se acercó la hora, ya no podía esperar más y salí de casa con la flor de Sakura en la solapa de mi americana, además de hecha un manojo de nervios. Estaba a tres paradas de metro, pero preferí ir caminando, para ver si me tranquilizaba de camino al restaurante.
Llegué antes de tiempo y decidí entrar y esperar dentro. Pero al empujar la puerta y poner un pie en el local, un escalofrío me recorrió el cuerpo y un sudor frío bajó por mi espalda. “Esto no es para ti. Es una verdadera locura”. Me dijo mi cobarde e inseguro yo interior.
Di media vuelta guardando el libro que llevaba en la mano en mi bolso y mientras me dirigía a la cafetería que había justo en frente, cogí la delicada flor de Sakura de la solapa y la metí en el bolsillo.
Al entrar en el local, pedí un té y mientras me sentaba en una mesa frente a la ventana, me quedé vigilando la puerta del restaurante. Nada más pasar unos minutos lo vi entrar, sonriente, jovial como un quinceañero y fue cuando lo reconocí.
Nos conocimos en un viaje de estudios a Japón durante mi época universitaria. Estuve allí dos meses recopilando información para preparar mi doctorado y surgió un pequeño romance que acabó cuando tuve que regresar a casa. Me prometió que algún día nos volveríamos a encontrar y aunque estuve durante meses coladísima por él, finalmente rehice mi vida y lo nuestro quedó como un bonito recuerdo de amor de juventud. Habían pasado veinte años y por lo visto él no se había olvidado de mí ni de su promesa. ¿Cómo consiguió encontrarme? ¿Aun sentía algo por mí? ¿Pretendía continuar nuestra historia donde la dejamos tantos años atrás?
Así que ahora me encuentro con una taza de té caliente entre mis manos, observando a un viejo amor en la distancia y preguntándome, si este momento es el que he estado esperando toda la vida, inconscientemente pero también sabiendo que algún día llegaría. Me doy de tiempo hasta acabarme el té para decidir si coloco de nuevo mi delicada flor de Sakura en la solapa, o si me dirijo a casa para empezar a releer mi libro favorito.
Por dios ve a ese lugar, no merece que le dejes plantando. Deja que la aventura haga su oficio lo que tenga que pasar, que pase jaja, ainssssss qué me gusta a mi romance.
ResponEliminaMuy bonito, porque podría ser real. Un besote.
Eres una romántica Campirela! Ja, ja! Esperemos que la protagonista también lo sea y se decida a acudir a su cita sorpresa finalmente! Un abrazote!
EliminaHola, Marifelita.
ResponEliminaMe encanta el tono que le has dado al relato y ese final abierto para que cada uno lo continúe. O, ¿tal vez, lo harás tú en el algún momento? ;)
Me ha gustado también mucho la elección del entorno japonés. No tanto la comida, soy más tradicional, aunque no la descarto, como la flor y el libro. Esta cultura es tan simbólica que le pone mucho encanto a todo lo que tiene. Las flores, como no podía ser de otra forma, también tienen su significado y el de la flor de Sakura es precioso. Tanto el libro como su autor los tengo en pendiente desde hace mucho tiempo. Tal vez, me empujes a hincarle el diente por fin.
Una narración impecable que nos envuelve en un halo de romanticismo, pero al que se unen esos miedos que nos impiden lanzarnos a aventuras inciertas. Espero que ese té le dé la fuerza suficiente a tu protagonista para que nunca se arrepienta de haber dejado pasar la ocasión. Hay que darse una oportunidad.
Felicidades por este bello relato y muchas gracias por aportarlo al VadeReto. Está siendo una convocatoria muy interesante.
Abrazo grande.
Muchas gracias Jose Antonio por proponernos este reto y por tus amables comentarios!
EliminaTe animo entonces a que leas el libro preferido de la protagonista, al ser japones y de hace ya algunos años, tiene un estilo muy diferente. Y el tema y enfoque del libro, muy original! Un abrazote!
Hola Marifelita, me encantó tu historia, el libro soy un gato, lo estoy leyendo ahora y me encanta al igual que el sakura. Tengo uno en mi jardín regalo de mi hijo, la cultura japonesa me encanta.
ResponEliminaDisfruté mucho de leer tu historia, me quedé con las ganas de saber si le dará una segunda oportunidad al amor.
Un abrazo.
PATRICIA F.
Ese libro fue un gran descubrimiento cuando me lo regalaron! La cultura japonesa también me gusta, tiene algo especial que te atrae y no te suelta! Je, je! Un abrazote Patricia!
EliminaHola Marifelita, que relato tan romántico. Espero que la protagonista se decida, se vuelva a poner la flor de Sakura y se lance a ese amor que quedó pendiente. Nos dejas con la incertidumbre. Me encanta. 😊 Un abrazo
ResponEliminaHola Nuria! A ver si se atreve a dejarse llevar, por segunda vez! Je je! Me gusta dejar los relatos sin final, los hace más emocionantes, y así dejo que cada uno imagine el desenlace que más le guste! je je! Un abrazote!
EliminaHola Marifelita, un antiguo amor, ¡qué romántico! Si tanto les gustó a ambos el entorno japonés, nada mejor que volver a comenzar su historia de amor haciendo un viaje a Japón, jeje...
ResponEliminaUn abrazo. :)
Primero tiene que atreverse a entrar en el restaurante ! Je je! Un abrazote Merche!
EliminaTe felicito por el relato.
ResponEliminaMuy bien construido y con intriga hasta el final (intriga que no ha quedado satisfecha).
Yo de ella entraría... no por valiente sino para evitar en el futuro la eterna pregunta de "qué hubiera pasado si..."
Saludos.
Gracias "Toro"!
EliminaUna de las cosas más peligrosas con las que nos podemos quedar en la vida es con un " Y si..."! Siempre hay que evitar la duda, mejor probarlo y luego ya veremos que pasa! Je, je! Un abrazote!
Creo que la mayoría votaría porque tu prota se decida a ir al encuentro de ese viejo amor. Y es que esas cosas vale la pena explorarlas más ¿no? Me gustó mucho tu propuesta para el reto, además de que se lee de una forma muy amena y ágil. Saludos.
ResponEliminaGracias Ana! Yo creo también que sería la mejor decisión! Y es que en el fondo somos todos unos románticos! Será la primavera? Ja, ja! Un abrazote!
EliminaMe encantó el tono de tu relato. Es fresco y se lee con ganas, aunque nos dejas al final con la duda...Un abrazo!
ResponEliminalady_p
Me alegro que te haya gustado Lady_p! A veces dejo los relatos con final abierto para que cada cual imagine el suyo! Un poco de intriga e incertidumbre no está nunca de más!! Je, je! Un abrazote!
Elimina¡Je! Tu relato coincide casi en el tiempo con la llegada de mi hija de su viaje a Japón donde ha estado cuatro meses preparando su doctorado. Me ha gustado porque tengo muy reciente el tema y aun ando ordenando fotos.
ResponEliminaNo suelo mucho apuntarme a estos retos mas porque lo mío es mas hacer fotos que escribir, y fíjate subí aquel de la primavera pero porque causalmente terminaba de publicarlo y este me he decidido a subir un pequeño relato aunque como de costumbre con mis fotos propias y mi música. Te dejo el enlace por si quieres pasar por ahí: https://noctambia.blogspot.com/2024/03/la-invitacion.html
Un abrazo.
Que casualidad Erik!
EliminaPorque no todo el mundo se va a hacer un doctorado a Japón en estos días! Je, je! Un abrazote y por supuesto te visito en tu blog!
Hola Marifelita.
ResponEliminaAún después de ver quién era el creador de la cita y de reconocerlo, ¿¿¿¿no te atreves a acudir y disfrutar del momento y el lugar???? ¿Pero de qué tienes miedo? Este personaje tuyo está matando el romanticismo y la aventura. ¡Animo! Que en un lugar público puedes gritar, salir corriendo o llamar a la policía si se pone pesado.
🤣🤣🤣 Dile que se olvide de los miedos y recuerde los momentos vividos en el viaje de estudios. Un abrazo.
Marlen
Sin duda, quien no arriesga no gana! Es verdad que abundan las personas que no se atreven a arriesgar, a decidirse, a probar cosas nuevas, a lanzarse, y se pierden toda la aventura! Je, je! Un abrazote Marlen, y vamos a darle un empujón a la protagonista! Ja, ja!
EliminaParece que, una vez satisface su curiosidad, pierde el interés ¿Qué puede ser más sugestivo, recordar un viejo amor o leer ese libro?
ResponEliminaHola Marifelita! Me ha encantado tu historia, sobre todo el final, porque a veces los buenos recuerdos es mejor mantenerlos así en un recuerdo, puede que el nuevo encuentro rompiera la magia ¿o no? , jajaja, estupendo. Un abrazo!!
ResponElimina