¡Hola a tod@s, amig@s jueve@s!
Para esta disparatada convocatoria que os hemos propuesto para esta semana, nuestra compañera CRISTINA también participará con el siguiente relato.
Nunca hagais enfadar al dueño de un ultramarinos, porque nunca se sabe lo que puede llegar a pasar...
"LA DESPEDIDA"
Imagen: Pixabay
Eran las siete y media de la mañana, Facundo subía la persiana por última vez, veintidós años que llevaba regentando la tienda de ultramarinos, toda una vida. Pensaba que podría jubilarse aquí, el negocio iba bien, el barrio es tranquilo y los vecinos del bloque se conocían desde siempre, prácticamente se sentían familia.
Ahora resulta, que un fondo de inversión ha ofrecido una millonada al dueño del bloque, así que no les ha renovado el alquiler a ninguno. La mayoría de inquilinos ya han marchado, quedaban solo cinco y hoy va a ser su último día.
Luís entró con su bicicleta.
—Buenos días Facundo ¿Todo a punto para la despedida?
—Buenos día Luís. Pues sí, tal como lo hablamos. Enrique, el cazador, está “arreglando” los pisos vacíos. No va a quedar ni uno entero. Una buena ruina es lo que van a recibir los nuevos inversores que los querían destinar a pisos turísticos, ja, ja, ja.
—¡Anda que no tiene mala leche Enrique! ¿De dónde ha sacado los explosivos?
—Empeñó sus armas de caza y las cambió por TNT.
—Mira, aquí tenemos a la señora Matilde y a Julita... ¡Pero bueno! ¿Qué es todo eso? ¿Queréis matarnos de una indigestión?
—Que exagerado eres Luís. Solo son unos bocadillitos de jamón, de atún y estos de aquí de tortilla de calabacín. Además de la tarta de queso y el tiramisú de postres. ¡Ah! Y unas trufas de chocolate que ha hecho Julita.
—A ver que os parecen mis trufas. Con harina de almendra, azúcar y mucho chocolate. Tiene que ser una despedida como Dios manda.
—Y para brindar, el mejor cava que tengo en la tienda. Nos vamos a poner hasta...
En eso que baja Enrique apurado.
—¡Tenemos que salir ya de aquí corriendo! Las explosiones van a empezar.
—¿Pero no las habías programado para esta tarde? —preguntó Facundo.
—Esa era mi intención, a las ocho de la noche, pero ahora me doy cuenta que tenía que haberlo hecho a las veinte horas. Creía que...
¡Bruuuuuummmm!
A Enrique le cayó parte del techo de la tienda. Quedó muerto al instante.
Luís pudo salir con la bicicleta, pero le atropelló un taxi.
Facundo salió ileso entre los escombros, entonces le dio un infarto allí mismo y no sobrevivió.
Matilde se tomó de golpe todas las pastillas que le había recetado su médico para dormir. No despertó.
Julita prefirió comerse todas las trufas de chocolate. La ingresaron con una indigestión aguda. Tardó un poco más que los demás, pero tampoco salió de esta para contarlo.
Maria Cristina García Carrera
En el blog EL VICI SOLITARI estamos de ANIVERSARIO,
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jajaja la muerte de Julita, la más dulce... Muy divertido.
ResponEliminaBss ;)
Una dulzura bastante amarga.
EliminaUn pequeño fallo técnico. eso de no poner en hora en el formato de 24h tiene sus consecuencias. Muy bien buscado el origen de las muertes aunque luego se distribuyan. Muy original el enfoque.
ResponEliminaBesosss Cristina
La explosión con doce horas de adelanto les cortó la despedida.
EliminaEl día último antes de retirarse suele ser letal en las ficciones, suele ser también el último de la vida. Pasa en el género policial. Y pasó también en este relato.
ResponEliminaTodo un fallo técnico, con resulltados drásticos. La venganza salió desastrosamente mal.
Un abrazo.
Ya nadie podría utilizar el inmueble como apartamentos turísticos, pero ellos tampoco pudieron gozar de su venganza.
EliminaConfundir las ocho con las veinte horas, un despistado y así terminó al igual que sus amigos, en fin, por lo menos la joven se comió las trufas y murió feliz, saludos.
ResponEliminaPATRICIA F.
Desde luego, las trufas no se desaprovecharon.
EliminaOstras María Cristina, con el tiempo hemos topado. Vaya error de cálculo las consecuencias que provocó. No desde luego ni pisos turísticos ni nada. Muy bueno. Un abrazo
ResponEliminaTodos perdieron. Una gran ruina y ellos diñándola.
ResponEliminaVaya jugarreta el error de cálculo...Buena aportación! Un abrazo
ResponElimina¡Ay, que me ha dado la risa, pese a ser tan trágico! :D :D Que arte has tenido para crear esta tragicomedia de la vida de hoy, cuando los desahucios están a la orden del día. Enhorabuena, me ha gustado mucho :D
ResponEliminaAlmaLeonor_LP
Una historia concreta y directa al grano, con un desenlace muy bien llevado a alta velocidad.
ResponEliminaMi enhorabuena.
Mi contribución al reto es esta:
https://marcosplanet.blog/el-desague-del-tiempo/
Saludos
Todo un drama que desató el cierre de aquel local jeje. Buen aporte para este jueves de finales anunciados
ResponEliminaUn cierre totalmente definitivo! Sin traspaso ni nada! Je, je! Un abrazote Neo!
EliminaJajaja y fueron cayendo hasta la muerte más dulce! No pude participar este jueves pero paso a leerlos...Besos por ahí!!!
ResponEliminaNo te preocupes Mari! Nos leemos la próxima semana! Gracias por pasarte a leer y comentar! Un abrazote!
Eliminamas de una vez me ha pasado eso de poner las 8 horas en vez de las 20..despues de leerte mejor tomo mis precaucciones la proxima vez....bsss
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