Reto Juevero - Convocatoria "Horror en el ultramarinos" - "No hubo un mañana"

¡Hola a tod@s, jueveros!

Para esta alocada convocatoria, nuestra compañera FINA participará con el siguiente escrito, que aunque no se ajusta exactamente a la premisa inicial, de que ocurra en una "tienda", ya que parte de la acción trancurre en una "caravana", vamos a aceptarlo porque el relato tiene su miga.

NO HUBO UN MAÑANA

Imagen: Pixabay

Los cinco no es que fueran amigos, simplemente eran vecinos de las casas adosadas, a medio kilómetro de “Aquí paz y gloria”, el nombre del pueblo. Ninguno de ellos se llevaba bien, demasiadas desavenencias tras muchos años como vecinos. Al principio todos se negaban a hacer esa excursión. ¿Dónde iba semejante disparatado y mal avenido grupo?

Después del viaje de dos horas, en la autocaravana de Onofre el ciclista, aun perdían el tiempo discutiendo de quien fue la idea de traer a la madre y la hija a la acampada. Hortensia que siempre fue una enterada, se apuntó al plan con su querida hija Loli, se auto invitaron.

La noche les pareció acertada, una alfombra de estrellas, iluminaba la cena, alrededor de la fogata. Era tal el silencio que llegaba el ruido de las mandíbulas cómo fondo. Fue Onofre el ciclista, que irrumpió el vacío acústico, dirigiéndose a Enrique, eran primos.

—¡Qué, haciendo amigos, tendero!

—¡Eh, para!— soltó ofendido Enrique — me convencieron ellas, me pareció interesante. Ya ves, Onofre, ni me habéis dado las gracias, por lo bien que conduzco.

—La idea me pareció fantástica. Por cierto, mi hija está descontenta con tanta desavenencia por parte de todos—contestó Hortensia.

—Yo contento, precisó el cazador Félix, con la decisión unánime. Pero molesto ya que no me dejaron traer la escopeta.

—¡Tengamos la noche en paz, mañana seguro que lo disfrutaremos!— afirmó la joven Loli.

Al siguiente día participaron todos en un buen almuerzo. Impacientes y sabiendo la ruta, recogieron sin más. El GPS marcaba el camino. Félix sonriente, muestra para sorpresa de todos, su escopeta colgada del hombro. Esa maniobra ofuscó a Enrique, que para no perder su rutina, se marcó un tira y afloja entre innumerables improperios, para ver quién tenía razón. De repente, Onofre que iba detrás, tropieza con una trampa, que la noche anterior preparó Félix. En su caída empuja a Félix que va delante de él y al caer al suelo se golpea en la cabeza con una piedra. El cazador al notar el empujón se asusta e inconscientemente dispara el arma que da de lleno por la espalda al corazón de Enrique.

Las dos mujeres van a socorrer al joven ciclista y a su primo Enrique.

Félix entre empujones se coloca entre las dos mujeres, con un tono cretino y su rostro transfigurado:

—¡Pare de insinuarse, señora Hortensia! Usted no está mal, con esos voluptuosos pechos, aún está de muy buen ver. Yo sin duda, disfrutaría con usted. En cambio, contigo Loli, hay mucho por disfrutar. Tienes un gran parecido a una admirada actriz ¿Cómo se llamaba?

Ambas mujeres si dar crédito a lo que están oyendo, le dan un buen empujón a Félix, que se tambalea, se apoya en un árbol cercano repleto de lianas que cuelgan, sin más un pie se enreda en una de ellas haciéndolo caer al suelo, su cabeza se golpea contra las gruesas raíces del árbol, y con un desafortunado golpe, se mata en el acto.

Madre e hija, horrorizadas huyen del lugar, sin mirar atrás. El camino marcaba una estrechez que finalizó en un profundo abismo. Loli inesperadamente dio un empujoncito a su madrastra, detalle que ninguno del grupo sabía, y la hace caer a las profundas y oscuras aguas del lago que divisa desde lo alto. Sin duda sabe que Hortensia se ahogará, ya que nunca supo nadar. Se cobró así su venganza por muchos años de abusos e injusticias.

Loli, satisfecha por conseguir su objetivo final en aquella curiosa convocatoria, aunque algo sorprendida por los sorpresivos acontecimientos sufridos, regresa por el sendero comprobando que todos estuvieran muertos. Imposible explicar esa cadena de casualidades. Llega a la caravana y ya se ve conduciendo hacia la ciudad. Entra en ella, enciende la luz, pero no se da cuenta que el suelo está inundado de agua. Onofre, que fue el último en salir, dejó el grifo de la diminuta cocina abierto. Loli cae fulminantemente al suelo entre espasmos, electrocutada.

Reseña en un artículo de la revista El Caso

La policía aún está indagando el curioso caso del quíntuple asesinato ocurrido este fin de semana. Sin duda se trata de un calculador asesino en serie… les seguiremos informando.

FINA

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