diumenge, 29 de desembre del 2024

Vadereto Diciembre - Tema: Cuéntame un cuento - “El bosque mágico”

Desde el blog “VADERETO” nuestro amigo Jose Antonio nos hace la siguiente propuesta para acabar el año.

Como Diciembre es el mes de los niños, de los que lo son por edad y de los que lo siguen llevando en su interior, es la época ideal para contar cuentos y que estos contagien amor, empatía y solidaridad.

Así que nos invitan a contar un cuento para despedir el año, así que aquí va nuestra aportación:


" EL BOSQUE MÁGICO"

Imagen: Pixabay


Faltaban dos días para las vacaciones de Navidad. Vanesa se despertó como siempre, desayunó y se despidió de su madre como si fuese a la escuela. Pero no tenia ninguna intención de asistir.

«Buffff! Hoy toca la aburrida clase de física. No va a pasar nada porque falte un día, haré campana, mañana ya se me ocurriría alguna excusa que decirle a la señorita Clotilde. Hoy haré una excursión por la montaña, esa que veo desde la ventana de mi habitación. Dicen que allí hay un bosque mágico donde pasan cosas extrañas. No me lo creo mucho. Pero de todas maneras, será más divertido que pasar toda la mañana encerrada en el aula, aprendiendo fórmulas.»

Empezó a caminar por una estrecha pendiente. Era agotador, incluso sudaba, a pesar del frío que hacía. No había pensado  en llevarse una botella de agua. Miró en su mochila, su madre le había puesto un bocadillo de queso y una naranja.

«¡Vaya rollo! Si lo llego a saber...» 

Vanesa empezaba a estar algo arrepentida. Lo único que podía hacer es comerse la naranja, le refrescaría algo, pero antes de pelarla se le resbaló de la mano y empezó a rodar cuesta abajo, entre lo más espeso del bosque.

Vanesa corre tras ella, pero observa que la naranja, a medida que se va alejando, se va haciendo cada vez más grande, más grande... «¡Es una naranja gigante!».

Pero cuando la niña miró a su alrededor, se dio cuento que no era la naranja la que había crecido, sino que ella se estaba haciendo pequeña, tan pequeña, que hasta las hormigas eran más altas «¡Qué miedo!»
Empieza a nevar, los copos de nieve son enormes. Le van cayendo encima poco a poco, Vanesa queda enredada entre los cristales helados del agua sólida y empieza a rodar sin control entre la vegetación y las piedras. La nieve la va arrastrando hasta el fondo del valle, quedando totalmente cubierta de nieve.

—¡Socorro, auxilioooo! 

Nadie la escuchaba y hacía mucho frío. «Tan bien que estaría ahora en el colegio, bien calentita, con la señorita y mis compañeros. En cambio, me voy a morir de frío y sola.» 

Vanesa se puso a llorar. Sus lágrimas empezaron a fundir la nieve. Miró hacia arriba y vio una hermosa luz que rodeaba a una joven que la apuntaba con su varita mágica.

—Soy el hada de la Navidad. Creo que ya has aprendido la lección de que no todo tiene que ser divertido en la vida.
—¡Oh, si por favor, ayúdame!
—Te ayudaré con una condición. Que seas totalmente sincera con tus padres y con tu maestra ¿Les dirás la verdad?
—Sí, te lo prometo.

El hada la tocó con su varita y Vanesa empezó a crecer hasta alcanzar su medida natural.

Volvió a su casa, pidió perdón a sus padres por haber hecho campana. Y por la tarde, fue al colegio, se disculpó con la señorita Clotilde, que no tuvo inconveniente en enseñarle las fórmulas de física durante el recreo.

Vanesa nunca más se quejó de ninguna asignatura, comprendió que todas eran necesarias y ninguna era aburrida, si se mostraba interés por aprender.  


M. Cristina García Carrera


Si quereis disfrutar de la lectura de otros cuentos participantes en el reto de VaDeReto los encontrareis AQUI:

Imagen: Pixabay


Y con este relato despedimos el año desde nuestro blog.

¡El Hada de la Navidad y todo el grupo al completo de “EL VICI SOLITARI” 
os desean un FELIZ 2025, Blogueros!

14 comentaris:

  1. Cuando crezca y sea una delincuente ( la cabra tira al monte), su abogado le enseñará otro refrán: Niégalo absolutamente todo, absolutamente siempre.
    Por desgracia para los sentimientos, no siempre es Navidad.
    AbrZooo, Cris

    ResponElimina
    Respostes
    1. ¡Uy esa bola de cristal! ¿Quién sabe que le deparará el futuro? Si se convierte en una delincuente, por lo menos que sepa a que temperatura se solidifica el agua (eso sale en la asignatura de física).
      en fin, besos, Gabi.

      Elimina
  2. Respostes
    1. Perdón se me fue el tabulador, decía que aprendió la lección, pero por desgracia crecemos y no somos tan manejables en las obediencias, es bueno que sepa que todo en esta vida tiene un precio. Y la bondad no cuesta tanto y te hace buena persona. Un besote.

      Elimina
  3. Hola, Cristina.
    Es un cuento muy bonito que enseña la manera correcta de asumir la responsabilidad y la importancia de ser sincero y formarse.
    Me ha gustado ese guiño a «Alicia», haciendo que la pequeña protagonista experimente la grandeza del mundo cuando se tiene el tamaño de una hormiga.
    Muchísimas gracias por compartirlo para el VadeReto.
    ¡Abrazo Grande!

    ResponElimina
    Respostes
    1. Es verdad, aunque no siempre lo correcto dé buenos resultados. Pero estamos en Navidad y todo tiene que acabar bien.
      Felices fiestas,
      M. Cristina

      Elimina
  4. ¡Qué bonita y qué imaginativa historia!
    Es un cuento que a todo niño que lo escuche le impactaría... Lo de la naranja es genial. Excelente aporte, un cuento sorprendente y con enseñanza; hasta me lo imagino ilustrado para niños... Les encantaría.
    Un abrazo y ¡muy feliz año por delante!

    ResponElimina
    Respostes
    1. Sí que se vería bien con ilustraciones. Gracias por leer.
      M. Cristina

      Elimina
  5. Un relato entretenido y con moraleja porque enseña que hay que ser consecuentes con las decisiones y asumir responsabilidades. Buen texto! Un abrazo y Feliz Año!

    ResponElimina
    Respostes
    1. Es justamente lo que pretende ser, un cuento con moraleja. Feliz 2025.
      M. Cristina

      Elimina
  6. Ayayayay. Yo no creo que tenga que pasar como dice Gabiliante. Simplemente fue una chiquillería. ¿Podría haber tenido fatales consecuencias? Por supuesto.
    La niña, se llevó un buen susto. Si la historia fuera real, sin hacerse diminuta como Pulgarcita y, sin la aparición del hada, ella, la niña, tras pasarlo tan mal, aprendió que ¿dónde iba a estar mejor que en un lugar seguro y acompañada, en lugar de perdida, en peligro y sola?
    Todos aprendemos cosas cuando somos pequeños, muchas veces, a las bravas.
    Bonito cuento.

    ResponElimina
    Respostes
    1. ¿Quién no ha hecho alguna vez campana? Yo, por lo menos hice una. Y no me quedaron ganas de repetirla, y eso que mis aventuras nunca llegaron a ese extremo. De los errores creo que se aprende más que de los aciertos. Feliz año nuevo.
      M. Cristina

      Elimina
  7. Muy bonito cuento navideño.

    Un abrazo para ambas. Feliz año nuevo, amiga

    ResponElimina
  8. Hola María Cristina.
    Un perfecto cuento de Navidad, con moraleja y todo. Porque la niñez es la edad de aprender lo que está bien y lo que no debe hacerse, pero muchas veces, para entenderlo hace falta experimentar. Y eso es lo que le pasó a Vanesa que, cual Alicia moderna, sufre una transformación que la deja diminuta y vulnerable. Seguro que esta aventura no se le olvidará nunca.
    ¡Feliz año 2025! Un abrazo
    Marlen

    ResponElimina

Vadereto Enero - Tema: Renacimiento - "¿Qué te apuestas?

Para el primer VaDeReto de este año, desde su Blog JACSNET/ACERVO DE LETRAS , nuestro amigo José Antonio nos proponen el siguiente reto: Se...