Buenos días Barcelona,
Empiezo esta carta como otra cualquiera; ya sea dirigida a un gran amor (como es el caso) o al más indiferente personaje que se haya cruzado por mi vida…
Pues como te iba diciendo, hace demasiado tiempo que te tengo descuidada, lógicamente hablando.
No te dedico el tiempo que yo quisiera. Porque… ¡mira que hace tiempo que te conozco! Aunque no me tuviste en tus entrañas me siento como si fuera tuya. No me lo tomes a mal, pues ya tienes tantos hijos que supongo que una más… No te daré demasiados quebraderos de cabeza.
Cuando paseo sola y me dedico a mirar hacia arriba, veo el trabajo de tantas manos, de tantos corazones latiendo al unísono, sabiendo que están participando en la historia. Porque mira que eres grande, altiva como la más hermosa de las mujeres.
Eres acogedora, pues, de hecho, una gran parte de tus hijos son adoptivos que, al ver tu grandeza, ya les es imposible deshacerse de ese cordón umbilical que en su día les ofreciste para poder subsistir.
De tus senos, Barcelona, se crearon nuevos barrios, y en tu vientre se realza toda la arquitectura, que esos grandes te dejaron para tu uso y disfrute, para que te sientas faraona del mundo.
Por eso, Barcelona, te prometo que te cuidaré como a la más tierna de las madres.
T’estimo.
Marieta
Qué bonita. Me encanta ese pensamiento reflexivo. Un abrazo
ResponElimina