Cada jueves, un relato: "Quien, cuando, donde" (Persona - tiempo - lugar) - "El paquetito"

¡Hola Jueveros!

Para este jueves NEOGÉMINIS nos hace una nueva propuesta juevera. Nos ofrece a las siguientes combinaciones de variantes de PERSONAS, TIEMPO Y LUGAR ( Quien, donde, cuando), según lo indicando en el siguiente esquema. Cada uno elegirá una opción de cada columna para formar un texto de temática, forma y estilo libre intentando no superar, como siempre las 350 palabras:

PERSONA CORRECTA  - LUGAR CORRECTO  - MOMENTO CORRECTO

PERSONA EQUIVOCADA - LUGAR EQUIVOCADO  - MOMENTO EQUIVOCADO

PERSONA IMPENSADA - LUGAR IMPENSADO - MOMENTO IMPENSADO

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Imagen: Pixabay

"EL PAQUETITO"

María Luisa Vilaseca es considerada una mujer de bandera, como vulgarmente se dice. Con treinta y siete años estaba en lo mejor de su vida, pero lo que no le cuajaba era el amor. De entre sus amistades era la única que no tenía pareja, y mira que lo había intentado.

 

Llevaba unos días que, viajando en el metro hacia su trabajo, había encontrado una mirada especial en un granado personaje que desde hacía un tiempo clavaba su mirada en ella, sin mediar palabra. Sólo esos ojos negros que a ella tanto le gustaban.

Llegó a soñar que volaba, llena de amor, sin saber a qué ni hacia dónde, pero pensó: “me he enamorado, como una quinceañera, lo sé”.

Una tarde, aquel interesante desconocido se sentó al lado de ella. El corazón se le dislocó. ¡Madre mía, tantos días esperando este momento y ahora no podía ni mirarlo! El caballero, muy amable y gentil, sin abrir la boca, le ofreció un paquetito, lo que parecía un pequeño presente adornado con un brillante lazo y una rosa preciosa.

Fueron solo unos instantes, brevísimos pero hermosos, no sabría definirlo. Aquel hombre, sin decir nada, se levantó de su asiento y se apeó en la siguiente parada.

María Luisa Vilaseca se despierta hoy, días después de aquel último recuerdo en un hospital y la enfermera le dice:

—Tranquila, se recuperará. Aunque algunos no han corrido la misma suerte.

Sus sueños definitivamente no eran de amor, ¿quizá premonitorios? ¡Ay, aquellos ojos negros…!

Maria de la O

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Pintura: Lluis Rizzo Rey