¡Hola Blogueros!
¡Bienvenidos a nuestro rincón de poesía - REFUGI POÈTIC!
Y de pronto… ¡el león! Imponente figura, majestuosa melena.
Dueño y señor de todo, porque toda es su fuerza.
En su poder: vida y muertes ajenas. Impuso su sentencia.
Huida y desbandada al lado de la cueva.
Entró a matar y desgarró a sus presas.
Los zorros, tras su paso, robaron las gallinas.
Las hienas, que rondaron mucho tiempo la puerta,
hicieron su festín con carne de mis muertos.
Yo me escapé hacia el mar y viví en una playa.
De techado me hicieron a veces las palmeras,
a veces, las estrellas…
Otras, sólo el pañuelo, sucia y raída prenda,
única herencia al escapar, cubría mi cabeza.
La playa se hizo eterna, compañera la arena.
El sol ya conocía los poros de mi piel…
La sal, siempre en mis labios, sedientos de saliva,
se alió con la hiel amarga de mi alma.
Ni chamizo, ni cueva. Sin casa…
Sin familia ni amigos, sin destino ni rumbo.
El pescador de cuerpos me hizo hueco en su barca.
Y entonces fui más cuerpo y menos hombre aún.
María José Pinyol "La Jose"
Gracias por compartir talento y sensibilidad. Un abrazo.
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